2000

Parece ser que los informáticos de todo el mundo, los guardianes de la seguridad de toda nuestra vida virtual, ya comenzaban a tranquilizarse conforme pasaban las primera horas de este año y salvar así el llamado "efecto 2000" que les había traído de cabeza durante tanto tiempo. Ni las teorías sobre el caos informático, ni los milenaristas que auguraban el fin del mundo con el advenimiento del nuevo milenio, acertaron en sus previsiones. El mundo sobrevivió y nos deparó un año cargado de acontecimientos más o menos buenos que son parte de nuestra historia.

En España el PP ganaba por mayoría absoluta las elecciones generales celebradas en marzo, esto implicó un relevo en la secretaría general del PSOE, que tras el varapalo electoral abandonó Joaquín Almunia siendo sustituido por José Luis Rodriguez Zapatero. Por primera vez en la historia de nuestro país dos mujeres accedieron a la presidencia del Congreso y del Senado, Luisa Fernanda Rudí y Esperanza Aguirre respectivamente. De nuevo la violencia se ceba en nuestro país, ETA continua asesinando y esta vez le toco el turno al dirigente socialista Fernando Buesa y a su escolta Jorge Díez, pero a veces el destino es justo y a cada cerdo le llega su San Martín, como dice el sabio refranero español, en agosto mueren cuatro miembros de ETA al estallarles un coche cargado de explosivos. Dios llega a donde no lo puede hacer la justicia.. Pero no solamente en este país golpea la violencia de esta banda de asesinos, este año cientos de vecinos de El Ejido, en Almería, atacan a inmigrantes y destrozan sus viviendas en un episodio lamentable que jamás debe volver a producirse. En Soria mueren veintisiete personas al chocar un camión contra un autobús escolar y en noviembre se da en España el primer caso de vacas locas. La prensa rosa recogió en sus paginas la retirada del torero Curro Romero y el fallecimiento de Doña María de las Mercedes de Borbón y Orleans, madre del Rey.

En el extranjero se produjeron elecciones presidenciales tanto en Estados Unidos, donde triunfo Georges Bush, como en Rusia, con mayoría aplastante de Vladimir Putin. En este mismo país se desataba la tragedia con el hundimiento del submarino "Kursk" en el mar de Barents. Fallecieron 118 tripulantes e incluso algunos de ellos dejaron cartas esperando una ayuda que jamás llegó. En Francia 113 personas perdieron la vida en un accidente aéreo de un Concorde de Air France cerca de París. Pero tampoco iban a ser todo noticias malas en el extranjero, el IRA se compromete a dejar las armas para iniciar un proceso de paz en el Ulster y después de cincuenta años un grupo de familias de las dos Coreas se reunen.

En San Vicente mientras tanto seguía la situación política cuanto menos incomoda en el Ayuntamiento. Canals mantenía la Alcaldía con el apoyo del PP, EU y PSVI y seguía totalmente distanciado de los que fueron sus compañeros de partido. Los cambios seguían afectando a los órganos de gobierno de la Fiesta; la nueva Concejala de Fiestas Celia Saez nombró Presidente de la Comisión Municipal de Fiestas a Francisco Carrión, persona que estuvo un año tan sólo al mando de la Comisión y no se yo si llegó a entender verdaderamente la esencia de la Fiesta.

Por lo que respecta a la Unión de Comparsas el año 2000 me ofrece una mezcla de sabores un tanto agridulce. En la parte positiva se encuentra todo el entramado construido en torno a los actos del XXV Aniversario que por mi parte culminarían con la publicación del libro "La Fiesta de Moros y Cristianos en San Vicente del Raspeig (1974-1999)", escrito por mí y que fue presentado en el Auditorio del Centro Social por mi buena amiga Eva Belló.

La parte amarga se produjo tras las Fiestas, no recuerdo exactamente las fechas supongo que mi memoria me ha jugado una mala pasada y a desterrado de mis recuerdos ciertos momentos que nunca debieron producirse, creo que a esto le llaman memoria selectiva y es un invento estupendo. Soy consciente, porque así me lo han hecho saber algunas personas, que mucha gente opina u opinó en su día que yo conocía la causa y el momento en producirse la crisis y quiero dejar bien claro que no tuve nada que ver con el asunto, yo me reuní con el Presidente de la Unión y con el Secretario General, Rafael Monllor y presenté mi dimisión, alegando motivos personales. La dimisión me fue aceptada y el Presidente de la Unión me pidió como favor personal que redactara el acta de la reunión de presidentes para dar cuenta en ella de mi baja. Así lo hice y a mitad de reunión fue cuando estalló la crisis, el Presidente cesó por falta de confianza a tres miembros del Área de Fiestas y automáticamente dimitió toda la junta directiva.

El Medio Año estaba cerca y había que sacarlo adelante y a ello se comprometió la todavía Junta. Tras estos penosos acontecimientos, que sin lugar a dudas empañan la brillante trayectoria de esa joven Junta Directiva que accedió a la dirección de la Fiesta en 1995, el 12 de diciembre del año 2000 se convoca una Asamblea donde se produce la dimisión de José Manuel Díez Fuentes y la elección de Francisco García Boix como nuevo Presidente de la Unión de Comparsas de Moros y Cristianos Ber-Largas. Y hasta aquí mi relación con todo lo que tiene que ver con la Junta Directiva, aquí puse punto y final a esta etapa de mi vida que dudo mucho que vuelva a repetirse, tendrían que darse muchas condiciones favorables para que yo volviera a formar parte de una candidatura. Por el momento me interesan más los recuerdos agradables que tuve con este grupo de amigos que con el tiempo seguimos siendolo.

Como todo lo que sean fiestas y recuperar tradiciones nos gusta y lo llevamos en la sangre, fui invitado a participar en la Semana Santa. El grupo de amigos que formábamos la Junta Central con la inclusión de algunos presidentes de comparsa, aprovechando la invitación de la Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón, que nos ofreció un trono para procesionar participamos por primera vez como costaleros de la Virgen de los Dolores. Sin conocer nada de la Semana Santa, incumpliendo todos los protocolos habidos y por haber pero con muchas ganas de potenciar una Fiesta que tras años languideciendo ahora parecía que podía de nuevo revivir y hoy en día tras doce años seguimos siendo los pies de la Virgen.

Este año la Fiesta propiamente dicha comenzó con la Presentación del Libro de Fiestas realizada en el Auditorio del Centro Social por Luis Lledó González, con el cual al margen de compartir una gran amistad personal me une una gran amistad festera por haber sido compañeros de Junta Directiva de la Unión de Comparsas, por pertenecer a mi Comparsa y además ser el cabo de mi filada. La Presentación volvió a llenar de festeros las gradas del pabellón polideportivo municipal, este año estuvo dedicada al XXV Aniversario de nuestra Fiesta y estuvo presentada por José Manuel Manzaneque y Ana Belén Muñoz, ambos festeros de la Comparsa Abbasires. El Pregón fue encargado a Don Guillermo Bernabeu Pastor, Secretario General de la Universidad de Alicante, , el cual realizó una lectura bastante alejada de la verborrea grandilocuente de un político, muy correcto, con enorme dignidad, bajo mi punto de vista un buen pregón.

La Comparsa Tuareg seguía creciendo a un ritmo uniforme, este año ya eramos 169 socios dados de alta en la Unión de Comparsas. El Presidentre, al igual que el año anterior, seguía siendo José Luis Espinós y los capitanes Miguel Nuñez y Mari Carmen Arroyo, la kabila como en los últimos años en la calle Labradores. La filada Magenta este año estuvo compuesta por Fernando Perona, José Amat, Paco Morales, Pedro Orts, Mariano Beviá, Pedro Villardelsaz, Facundo Torregrosa, Angel Tello, Tomás García, Miguel Ángel Juan, Francisco Fernández, Esteban Blasco, Modesto Botella, Juan Pascual Beviá y como cabo Luis Lledó. El traje, uno de los más feos que hemos llevado, lo alquilamos en Elda en La Casa del Moro.

En el plano personal recuerdo con mucho cariño un viaje que realizamos a Lisboa. No queríamos un viaje corriente, queríamos algo especial y tras mucho buscar encontramos la forma de hacerlo diferente. Esta consistía en hacer el viaje en tren, en coche cama gran clase. Nos subimos al tren en la estación de Chamartín a las once menos cuarto de la noche en un compartimento con dos asientos y un aseo con ducha, al rato vino un empleado y nos dijo que si salíamos a la cafetería el podría hacernos nuestras camas, cuando volvimos los asientos habían desaparecido y se habían convertido en dos literas en las cuales pasamos una noche algo extraña pero diferente. Por la mañana una ducha y otro empleado mientras desayunábamos retiró las literas y aparecieron los asientos para así llegar a la estación de Santa Apolonia en Lisboa a las ocho y veinte de la mañana. Cuando bajé del tren tuve la sensación de encontrarme en un país muy atrasado, una estación vieja pintada de azul piscina con unos trenes antiguos, pero lo cierto es que todo cambió al salir de allí. Lisboa es una ciudad agradable, señorial, con grandes avenidas y parques extensos, una ciudad que ha sabido cuidar su historia y su patrimonio.

Realizamos multitud de excursiones, al recinto de la Exposición Universal de 1998, a Queluz a visitar el Palacio Nacional, a Ericeira, Mafra, Sintra con visita al Palacio y al Castelo dos Mouros, Estoril, Cascais, la villa medieval de Obidos, Monasterio de Alcobaça, Nazaré, Monasterio de Batalha, pero sin embargo lo que más me impresionó fue Fátima. He de reconocer que todo lo religioso para mi tiene más un significado artístico que místico, mis creencias mas que por mi mismo son heredadas de mis padres y lo cierto es que bastante limitadas pero cuando pisé Fátima,  en aquella gran explanada de peregrimos había algo, no sabría explicar el que, pero algo me sobrecogió, algo que sin duda no es de este mundo. Fue una sensación de paz, de sosiego en un entorno gigantesco donde tu eres algo insignificante.

El viaje de vuelta tan estupendo como el de ida. Todo fue perfecto y pasamos una semana inolvidable llena de buenos recuerdos.

Así fue a grandes rasgos como se desarrolló el año 2000, un año que comenzaba con todos los típicos tópicos milenaristas sobre desgracias y fines del mundo y se quedó en un año donde lo mejor que se puede decir de él es que fue como otro cualquiera, inolvidable en los aspectos que te interesan y para olvidar en los que no te apetece ni recordar.