lunes, 19 de diciembre de 2011

1979


Corría el año 1979 y el mundo parecía tener ganas de acabar con una década marcada por guerras y crisis. Irán asomó al mundo de un modo innovador, un lider religioso, el Imán Jomeini triunfó con una revolución de marcado carácter religioso e hizo poner pies en polvorosa al todopoderoso Sha de Persia hacia el exilio. Mientras tanto Nicaragua también se deshacía de un dictador. Los sandinistas acababan con la tiranía de Somoza que duraba cuatro decadas. Pero no todas las noticias son de este tipo, la Academia Sueca reconoció el trabajo desinteresado de una mujer excepcional que entregó su vida a los demás, me refiero a la madre Teresa de Calcuta que recibió en este año el Premio Nobel de la Paz.
En España la democrácia iba asentandose poco a poco y así el nueve de mayo fue el día elegido para la sesión inaugural de la primera legislatura de las Cortes Constitucionales, se acabo el pasado y comenzaba una época de futuro, futuro este marcado en ocasiones por la sanguinaria impronta del terrorismo como demuestra este año de 1979 el atentado reivindicado por los Grapo en la cafetería "California 47" de Madrid. En Zaragoza un incendio destruye el hotel "Corona de Aragón", como curiosidad comentar que doña Carmen Polo, esposa de Franco, estaba allí. La crónica rosa viene marcada este año por dos noticias distintas, la boda de Sara Montiel y Pepe Tous y el fallecimiento del cowboy por excelencia, el gran John Wayne.
En San Vicente las cosas estaban a punto de cambiar, aunque realmente ya habían cambiado y las urnas el 3 de abril habían puesto al frente del Consistorio al socialista Gabriel Molina Villegas, pero en el libro de fiestas aparece todavía como Alcalde Mariano Carbonell, el cura parroco de la iglesia de San Vicente Ferrer don José Ripoll y el Presidente de la Unión de Comparsas Bartolomé Navalón.
Casi a punto de cumplir quince años, estas primeras elecciones municipales la verdad es que quedan bastante difuminadas, recuerdo lo que me llamaba la atención, lo que no había visto nunca, la propaganda de los partidos políticos, los coches tirando folletos con megafonos y musica muy alta, pero seguía sin preocuparme el mundo. Ni siquiera la fundación de la Universidad, que tan importante iba a ser en un futuro para mi, ni el titulo de "Sanvicentero Ilustre" otorgado por el Ayuntamiento a don Vicente Lillo Canovas. Era una época tremendamente feliz, ¡ya estaba en el instituto!, Cursaba primero del extinto Bachillerato Unificado Polivalente, lo del unificado y el polivalente jamás lo entendí, lo importante era que habíamos llegado al instituto y allí creiamos que nos esperaba un nuevo mundo de oportunidades para lo adultos que nos creíamos. Nuevos compañeros, nuevos profesores y una libertad a la que no estabamos acostumbrados en el colegio y, a pesar de todo esto, en mi vida pesaba mucho más la familia, fundamental en esa época, recuerdo con mucho cariño la cantidad de noches que estudiabamos juntos compartiendo cafe y cigarrillos a escondidas, las risas con "cuerno la visión" dedicado con todo cariño a una profesora de lengua. Todos estos recuerdos están compartidos con mis primos, a los que he querido y quiero como hermanos y que aunque el trabajo y las circunstancias nos han alejado, siempre quedará esa atracción que sólo la sangre produce. Os quiero.
Pero ya es hora de centrarnos un poquito en el objeto de esto, que no es otro que la Fiesta y nuestra Comparsa, los Zingaros.


1979 no supuso ningún cambio radical en la Comparsa, lo más significativo quizá fue la aparición por primera vez de adultos, aunque no todos pues de nuevo la Unión de Comparsas recurrió a dos festeros de nuestra Comparsa para ostentar la Capitanía Cristiana.


Santiago y Manoli fueron los Capitanes Cristianos 1979, pero este año ya sin ellos sí salió una filada de adultos reforzada con jovenes. Las chicas cambiaron de vestuario mientras nosotros estrenamos camisa. El sábado 21 de abril a las seis de la tarde arrancaba el desfile con los Zingaros acompañados de la Banda de Tibi en su lugar desfilando con la alegría que les carácterizaba.
Año tras año y acto tras acto fuimos creciendo como festeros y como personas porque la Fiesta llega a impregnar todas las facetas de la vida. Este año de 1979 supuso el bautismo festero para mis padres, era la primera vez que salían y lo cierto es que también lo tomaron con ganas porque lo han dejado este año tras pertenecer a Maseros y Tuareg con una Capitanía General del Bando Cristiano en 1987.


Proximamente entraremos en la decada de los ochenta.

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