miércoles, 11 de enero de 2012

1986



Año electoral en España por partida doble, primero en marzo se realizó el referéndum para la permanencia de nuestro país en la OTAN, al apoyar los grandes partidos nacionales el sí, el resultado estaba garantizado; en junio las Generales en donde el PSOE renovó su mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados. 1986 fue un año nefasto en la lucha contra el terrorismo y ETA mataba hasta a sus reinsertados como en el caso del asesinato de "Yoyes". La institución monárquica seguía avanzando en España con la jura de la Constitución por el Príncipe de Asturias. La cultura no se quedaba atrás y ese año se creó la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas al mismo tiempo que el Centro de Arte Reina Sofía.
En el extranjero la actualidad venía marcada desde Estados Unidos con la explosión del transbordador espacial "Challenger" y el estallido del escandalo "Irangate" en el cual el Presidente Ronald Reagan es acusado por una presunta implicación en la venta de armas a Irán. En Europa las cosas también empezaban a complicarse, una explosión en un generador de la Central Nuclear de Chernobil (Ucrania) provocó un escape radiactivo cuyas consecuencias en la población las seguimos viviendo actualmente. En Suecia, país al que todos consideramos "civilizado", muere asesinado el primer ministro Olof Palme al salir de una sala de cine.
1986 tuvo un verano espectacular para la prensa del corazón en España ya que los Príncipes de Gales pasaron una semana en el Palacio de Marivent, invitados por los Reyes de España. En el apartado de óbitos, murió uno de los más grandes genios interpretativos que ha dado la historia del cine, es una opinión personal evidentemente, me refiero a Gary Grant, quien no ha disfrutado con "Historias de Filadelfia, tensionado "Con la muerte en los talones" o alucinado con el histriónico Mortimer Brewster de "Arsénico por compasión".


En el pueblo seguían mandando los mismos, Jaime Antón en la Alcaldía y el Sr. Bas y el Sr. Boluda al mando de las Fiestas del Pueblo, férreo mando que a la larga tan sólo sirvió para que la Unión de Comparsas pusiera las bases para el liderazgo, en pocos años, de la Fiesta en San Vicente. La mano de hierro y el guante de seda a veces suelen funcionar y te ahogas tu solo, pero cuando la mano de hierro va acompañada de un guante de acero y te golpea repetidamente o te matan o te hacen más fuerte, y esto último fue lo que sucedió. La Unión de Comparsas, aunque ignorada por los altos poderes, seguía ofreciendo un gran espectáculo en la calle, ese año la Capitanía recayó en las Comparsas Negros Zulúes y Piratas. Al desfile asistió el Ministro de Educación, José María Maravall, de fatídico recuerdo para los que entonces eramos universitarios ya que al año siguiente le montamos una buena huelga, y el President de la Generalitat Joan Lerma. Como anécdota reseñar que debido a la gran cantidad de lluvia que caía hubo que convocar una reunión urgente de Presidentes y se decidió atrasar la Entrada una hora. De nuevo, por segundo año consecutivo nos visitó el grupo "Abddar", más conocidos como "los chapachaps" esta vez con la Capitanía Mora.




Con 53 socios afrontaba este ejercicio la Comparsa Moros Tuareg, son años de transición donde la Comparsa poco a poco va formando la credibilidad que en años posteriores supondría el despegue definitivo. De nuevo seguíamos en la calle Pí y Margall, frente a la Capitanía Mora, lo cual hizo crecer bastante las visitas nocturnas y el ambiente kabileño. Javi y Mari Nieves fueron por segunda vez nuestros Capitanes de Comparsa y todavía les quedaba cuerda porque repetirían una vez más.



Este año por primera y única vez en mi vida en esta Comparsa, mi filada desfiló con un cabo femenino, Maribel y vaya si lo hizo bien. En la filada eramos, de izquierda a derecha, Paco Melero, Ramón, Parra, Juan Pascual, Fernando, Paco Morales, Juanito "el conejo" y Anastasio. Me apetece recordar la figura de Juanito "el conejo", un personaje de lo más curioso y divertido. El primer recuerdo que te viene a la memoria es lo desastre que era para vestirse de festero, mira que el traje de Tuareg antiguo es facil de colocar, pues bien "el conill" siempre venía con el fajín al revés, el abrigo colgando del hombro que no era y había que volver a vestirlo antes de comenzar la Entrada. Una grave enfermedad lo apartó de la Fiesta y casi de la vida, pero afortunadamente se recuperó.
Mientras tanto en la Comparsa las cosas seguían igual, el periodo de maduración del socio afortunadamente todavía no había llegado y seguíamos la gran mayoría de nosotros bastante asilvestrados, los jóvenes de hoy en día no han hecho ni el diez por ciento de las barbaridades realizadas por quienes les critican, no se respetaba nada, ni la hora de comer, ni los invitados, absolutamente nada. Cuando alguien empezaba tirando trozos de pan te podía caer cualquier cosa, desde un plato de comida a un cubo de agua. Recuerdo una vez que terminamos de comer el arroz en la paella, tapados con un cartón y separando el arroz del agua de los cubos que nos caían. Pero bueno, la venganza es un plato que se sirve frío y más tarde alguna inventariamos para fastidiar al prójimo. También era una tradición comprar merengue, pero no de postre almas cándidas, era para tirarnoslo; imaginaros a cincuenta y tres personas, aquí participaba todo el mundo, llenos de merengue hasta las orejas y remojandonos con botellas de sidra. Espectacular.
Era muy popular en la Comparsa, entre algunos socios, el quedarse a pasar la noche en la kábila, generalmente porque no podían moverse de allí debido a su estado. Pues bien ese año me iba a quedar yo, pero para no estar solo le dije a una amiga que se viniera a pasar allí la noche conmigo, mal pensados no había nada sucio ni sórdido o quizá sí, no lo se, la cuestión es que no vino y allí se me acopló uno que no podía moverse, Luisito "el brillantina". Llevaba tal borrachera que se durmió encima de un cartón y yo como veía que tenía frío, muy cortésmente, lo tapé con un saco; a la mañana siguiente mi olfato descubrió que el saco era de estiércol y el chaval no pudo quitarse la olor en todas las Fiestas. Esa noche, entre que mi acompañante no vino y el borracho estaba durmiendo, me aburría soberanamente, así que abrí una nevera y vi varias cajas de barritas de cangrejo ya descongeladas para el día siguiente, he de reconocer que me las comí todas y cuando fueron a buscarlas ni estaban las barritas. ni estaba yo, con un dolor de barriga para morirme. Pero todo aquello quedó en el más oscuro de los anonimatos.
No creáis que me enorgullezco de este tipo de situaciones. con la perspectiva que te da el tiempo parecen ridículas, pero también es cierto que son recuerdos imborrables. He de reconocer que este tipo de recuerdos son los que a mi me han quedado de estos años, el resto son fotografías o vídeos que van amarilleando con el tiempo, afortunadamente esto no sucede con las relaciones personales y los recuerdos de situaciones, sobretodo con amigos, son las que llenan no las estanterías del salón, sino el corazón festero de cada uno de nosotros.


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