domingo, 15 de enero de 2012

1987



1987 viene desgraciadamente marcado en nuestra historia con tintes sangrientos. No hay palabras para expresar lo que sucedió un 19 de junio en el centro comercial Hipercor de Barcelona, donde los asesinos de ETA colocaron un coche bomba causando la muerte a veintiuna personas, pero no fue sólo esta barbarie, en diciembre, en Zaragoza de nuevo un coche bomba explota en la casa cuartel de la Guardia Civil donde fallecieron once personas, incluidos cinco niños. Seguro que esta fue la cara más oscura de este año que también nos dejó movilizaciones estudiantiles, de esto hablaré más tarde ya que participé activamente en ellas, y unas elecciones municipales en junio. También me vi afectado directamente por la gota fría de principios de noviembre que provocaron fuertes inundaciones en Alicante, en esas fechas yo me encontraba en La Alcoraya y me quede incomunicado durante una semana. De nuevo la prensa rosa se aprovechó de un nuevo escandalo. Lola Flores y su marido Antonio González "el pescailla" son acusados de fraude fiscal al no realizar las declaraciones de Hacienda entre los años 1982 y 1985.
En el extranjero se produjo un acontecimiento que nos suena a muy actual, el 19 de octubre cayó la bolsa de Nueva York, la peor caída desde el crack de 1929. Al margen de esto fue un año caracterizado por los accidentes aéreos, en agosto el vuelo 255 de Northwest Airlines se estrelló en el aeropuerto de Detroit, sólo sobrevivió una niña de cuatro años. En noviembre, en Corea del Sur el vuelo 858 de Korean Air estalló en pleno vuelo, la causa fue una bomba colocada por agentes de Corea del Norte.
En San Vicente, 1987 era año de despedidas, unas con posibilidad de volver, como en el caso del Alcalde Jaime Antón que salió reelegido en las Elecciones Municipales, y otros como último año de su mandato, caso de Joaquín Gil al frente de la Unión de Comparsas. A pesar de haber convivido durante varios años en la organización de la Fiesta, las relaciones iban a peor; hasta tal punto llegaron las cosas en 1987 que en el libro de fiestas no se hace mención a la Fiesta de Moros y Cristianos y ninguna fotografía de sus máximos cargos festeros. Se trató de silenciar total y absolutamente a nuestra Fiesta desde una institución pública como el Ayuntamiento, maniobra torticera impulsada desde la Concejalía de Fiestas y su satélite la Comisión Municipal de Fiestas. A lo mejor puede parecer que soy muy duro con esta gente, pero en años posteriores se me dio la oportunidad de confeccionar el libro de fiestas y se perfectamente quien lo realiza, quien lo paga y quien manda y estoy totalmente convencido que fue una venganza hacia la Unión de Comparsas; tengo otra razón de tipo personal y es que ese año mis padres fueron Capitan y Abanderada del Bando Cristiano, y jamás perdonaré a esa gente que por su odio hacia una Fiesta que se ha desarrollado sin su control y democráticamente, se le faltara el respeto y se ninguneara a mis padres, por esto con la perspectiva que me da el tiempo, puedo decir que la Fiesta recuerda con cariño a los Capitanes de 1987 y ha dejado en el olvido a estos necios que trataron de ensuciar algo tan puro como la Fiesta. Ante estas carencias de los señores que pretendiar doblegar a nuestra Fiesta, la Unión de Comparsas se vio obligada a sacar a la calle una nueva edición especial, y van cinco, de su boletín "L'Ambaixador", donde la Fiesta de Moros y Cristianos y sus Cargos tuvieran un lugar donde manifestarse y darse a conocer.


Maseros y Moros Viejos brindaron en la calle el espectaculo al que nos tienen acostumbrados con la seriedad y el buen hacer del que es verdaderamente festero. También llevaron con mucha dignidad todos aquellos actos que se realizan conjuntamente con aquellos que les habían ninguneado, dando una muestra de respeto a la Fiesta y sobretodo de educación que es la única forma de responder a esta gente.


1987, desde el punto de vista personal, fue un año que sin ningún genero de dudas cambió mi vida. Ese año como he dicho antes, se produjo una huelga universitaria, a mí me cogió con tres asignaturas para acabar el primer ciclo y poder marcharme a Valencia a estudiar Historia del Arte; como siempre me han gustado los lios y jaleos asistía a las reuniones de los huelguistas y acabe integrandome en el comité de huelga, junto con mi primo postizo Quino que por aquel entonces estudiaba Filologia Inglesa. Allí, en pleno corazón de la huelga comencé a sentirme atraido por una jovencita de carácter inquieto y unos ojos deslumbrantes, tal fue el encantamiento que el día de la Presentación de Cargos en el Mesón San Vicente, vinó a cenar conmigo y la conocieron mis padres, ninguna otra amiga o novieta mía la presente jamás en casa. Desde esa fecha ya no nos hemos vuelto a separar, como habreís adivinado se trata de Gloria, la que a partir de ese momento se convertirá en mi faro y guía durante toda mi vida.


Los meses que duró la huelga fueron extraños, una mezcla de diversión con responsabilidad por lo que estabamos haciendo, ya no eramos niños y sabiamos lo que nos jugabamos. Organizamos rapidamente el Comite en comisiones de trabajo que se ocupaban cada una actividad concreta, era como organizar una sociedad dentro de otra sociedad ya establecida. Recuerdo pasar una noche encerrado en el Rectorado con un saco de dormir; las manifestaciones, como servicio de orden, recorriendo Alfonso el Sabio, y como en una de ellas un policia local nos advirtió que en la Plaza del Ayuntamiento había furgones de antidisturbios dispuestos a actuar, cuando llegamos al Ayuntamiento allí estaban, y delante de mi vi a una chica recibir un golpe tremendo de una porra en la espalda, todo esto entre gritos, humo y carreras. Como suele ocurrir con todo este tipo de huelgas al final quien tiene más que perder es el huelguista, y poco a poco la situación vuelve a su cauce y se abandonan todas las reivindicaciones. El día que finalizó la huelga me quedé, de forma fortuita, el dossier que contenía toda la documentación de esos meses, con el tiempo es bonito releer y recordar aquel episodio en el que lo único que saqué en claro fueron muchos amigos y una novia.
Las fiestas de 1987 en la Comparsa Tuareg para mí fueron especiales, hasta la fecha vivía la Fiesta de una manera que iba a cambiar con la aparición en escena de Gloria, evidentemente el cambio fue a mejor, aunque he de reconocer que este primer año fue chocante.


Este año supuso un descenso en el numero de socios, pasamos de cincuenta y tres a cuarenta y nueve, la Comparsa no escapó a la crisis generalizada de la segunda mitad de esta década, y aunque se estabilizó lo suficiente el número de socios, no se crecía y esto es un lastre importante. El Presidente de la Comparsa seguía siendo José Luis Espinós, el local social, de nuevo en Pi y Margall como en años anteriores y los Capitanes de Comparsa fueron Crisostomo y Mariví.


Hacía ya algunos años que un grupo de festeros de la Comparsa realizabamos los bautizos; estos consistian en un acto iniciatico donde en primer lugar se organizaba una procesión dentro de la kábila para recoger a los novatos de ese año, entre canticos y velas se les conducía a una mesa situada al final del local y allí comenzaba el rito. Se debía de beber la "leche de camello", compuesto a base de todo tipo de alcohol que había tras la barra mezclado con leche y macerado en un botijo especial de forma fálica con la imagen del Teniente Coronel Tejero, la "leche de camello" se bebía después de recitar un juramento de fidelidad a la Comparsa. Para los niños también se llegó a celebrar aunque sin alcohol. Este acto duró muchisimos años hasta que a ciertas personas parecía molestarle que se realizara, lo curioso de esto es que fueron muy activos al principio hasta que perdieron protagonismo, y poco a poco fue cayendo en el olvido por no tener jaleo con nadie. La gente joven en la actualidad intenta mantenerlo vivo pero choca de nuevo con ese sector al que parece que muchas cosas que ellos han hecho le moleste que las hagan otros.


También se entregaban los premios al marrano, en sus categorias mayor e infantil. Casi siempre los premiados eran los mismos, marrano mayor, Juanito "el conejo", y marrano infantil, Gustavo.
Así, de esta manera tan curiosa es como transcurrió 1987, a caballo entre la Capitanía de mis padres, la aparición en mi vida de Gloria, una huelga universitaria y la necesidad de terminar el primer ciclo para marcharme a Valencia. Lo cierto es que lo considero como uno de los años clave en mi vida, equiparable a otros momentos importantes desde el punto de vista personal como pueden ser mi boda o el nacimiento de mis hijos.
Por lo que respecta a mis padres tuvieron una gran Capitanía, a pesar del boicot municipal, con el apoyo de su Comparsa, de sus amigos y de la Unión que se volcaron para que ese año fuera importante en sus vidas y en la mia.



No hay comentarios:

Publicar un comentario