martes, 17 de enero de 2012

1988



Le costó mucho a 1988 ofrecernos una buena noticia y no fue hasta octubre cuando se produjo la liberación de Emiliano Revilla tras 249 días de cautiverio a manos de la banda terrorista ETA. La política económica del ministro socialista Carlos Solchaga y los cerca de tres millones de parados hacen que los principales sindicatos convoquen una huelga general el 14 de diciembre que paralizó el país. La cultura en España dejaba buenas noticias, como el ingreso de Mingote en la Real Academia y el regreso a los escenarios, tras superar una leucemia, del tenor José Carreras; si en España la cultura daba grandes alegrías en el extranjero produjo un gran sinsabor, el fanatismo se apoderó de la literatura y un grupo de radicales islámicos pusieron precio a la cabeza del escritor Salman Rushdie por la publicación de su obra "Los versos satánicos". En agosto los vecinos del barrio lisboeta de El Chiado se sorprenden con las llamas de un pavoroso incendio que destruye sus viviendas y fue considerado en Portugal como "catástrofe nacional". De nuevo, un desastre aéreo, esta vez en forma de atentado, un avión de Pan Am estalla sobre la localidad escocesa de Lockerbie provocando una masacre entre el pasaje y los habitantes de la localidad.
La prensa rosa se cebó ese año con varios personajes de actualidad que contrajeron matrimonio, en enero se casaron Miguel Boyer e Isabel Preysler y en octubre Mariano Rubio, Gobernador del Banco de España, y Carmen Posadas. También sacaron provecho de la visita que la Reina Isabel II realizó a España en octubre.


En San Vicente un nuevo equipo de gobierno, que eran los mismos que mandaban hasta ahora, se asomó a la política local. La Concejalía de Fiestas parece que comenzaba a levantar ese puño de hierro de los últimos años y el dialogo surtía efecto. La Comisión Municipal de Fiestas seguía regida por los mismos sin posibilidad alguna de acercamiento de posturas, comenzaba a ser un problema de encastillamiento de algunas personas con sus ideas. La Unión de Comparsas había cambiado de Presidente y por tanto de Junta Directiva. Joaquín Gil dio paso este año a Venancio Pascual "Pachi" que ya fue vicepresidente el año anterior.
A pesar de las huelgas universitarias, conseguí marcharme a terminar mis estudios a Valencia. Mis nuevos compañeros me recibieron de una manera muy poco hospitalaria, ya que alguno cuando se enteró que venía de Alicante enseguida me echó encima el tema de la huelga y la poca vergüenza que habíamos tenido. Si ya de por si los valencianos no me caían excesivamente bien, después del recibimiento peor, aunque claro también hay excepciones de compañeros con los cuales tuve una relación muy buena. Lo primero que me sorprendió nada más llegar a la Universidad es que sólo tenía clases de miércoles a viernes, lo cual agradecí sobremanera ya que me permitia alargar el fin de semana en casa. Alquilé un piso en la calle Gas Lebón, junto a las instalaciones de RTVE, andando a unos veinticinco minutos hasta la facultad; vivía sólo y la mayor parte de los días que estaba allí comía y cenaba bocadillos, aprendí lo duro que es estar sin tu madre. Si de los compañeros tengo pocos recuerdos, menos de los profesores, a algunos los he vuelto a ver mas tarde sobretodo en otro tipo de cargos como a Fernando Benito, un alcoyano profesor de Arte del País Valenciano, que fue director del Museo San Pío V de Valencia o Pilar Pedraza, profesora de Arte Clásico, que se pasó a la política y fue Consellera de Cultura del Gobierno Valenciano. Pilar Pedraza, siendo Consellera, vino a San Vicente a inaugurar la exposición del XX Aniversario de la Fiesta de Moros y Cristianos y allí pude hablar con ella mientras recorríamos la exposición.
El año academico pasó entre idas y venidas de tren y más de un fin de semana que se alargó hasta el siguiente. Lo cierto es que una ciudad como Valencia, para un universitario ofrece un sinfín de posibilidades sobre todo en el apartado de la diversión, pero mi estancia allí no fue por ese camino y lo cierto es que no tengo aventuras que contar en este apartado. Mis prioridades estaban aquí, mi familia, mi novia, mis amigos; yo sólo iba a Valencia a estudiar y al final tan sólo a recoger apuntes y examinarme.




En 1988 la Comparsa Moros Tuareg seguía su ritmo lento de crecimiento, lento pero seguro, sin grandes aspavientos como otras Comparsas, un crecimiento sostenido que nos llevó ese año a ser 37 adultos y 22 niños. Durante las Fiestas de ese año el Presidente de la Comparsa era José Luis Espinós, los Capitanes, por tercera vez, Javi y Mari Nieves, la kábila seguía estando en el sitio de costumbre, Pi y Margall número 16. Iba a ser nuestro último año en este local, que ocupamos de forma ininterrumpida desde 1983. Mis recuerdos de este local, al margen de lo ya contado que no es poco, me retrotraen a un acto que organizaba la Comparsa y que fue abandonado con el tiempo, se trata de una fiesta infantil que se realizaba para todos los niños de la Comparsa y algún que otro amigo una vez finalizadas las Fiestas.  Allí se organizaban todo tipo de juegos en los que incluso participabamos los mayores, como en las carreras de sacos; después de jugar toda la tarde y pasarselo estupendamente venía la segunda parte, una suculenta merienda para reponer fuerzas. Lo cierto es que era bonito, en la actualidad se ofrece un espectaculo para niños tras la comida del martes de fiestas pero es distinto, este se organiza para tener a los niños entretenidos y aquel se organizaba para estar y divertirse con ellos




Otro de los actos que comenzaron en aquel mítico local de Pi y Margall, 16 es el baile del farol, que también se realizaba tras las Fiestas acompañado de una cena. Este acto duró más en el tiempo pero finalmente también desapareció. Supongo que el tener una comparsa pequeña tiene sus ventajas y sus inconvenientes, logicamente dentro de las ventajas se encuentra el poder realizar este tipo de actos que una comparsa grande no puede afrontar. Los que empezaron esta aventura y los que nos unimos en los primeros años, que hemos vivido este tiempo de consolidación de la Comparsa echamos de menos, es una opinión personal, todo este tipo de actos entrañables que potenciaban la unión del festero. Todos nos conociamos, todos nos peleabamos, todos nos apreciabamos; en los últimos años he llegado a la cena del viernes y he tenido que preguntar quien era ese o el otro, llegar a encontrarte gente por la calle con el mismo traje que tú y no saber quien es. Cuando llega ese momento te das cuenta que la Fiesta que tu conociste se ha hecho grande y que ha crecido tanto que ha escapado a tu control, y es cuando aparece la pregunta fatidica ¿es esta la Fiesta que yo quiero?, hasta que no encuentras respuesta andas deambulando sin sitio y sin sentido. Yo por mi parte ya me he hecho la pregunta y ya tengo la respuesta. Ahora ya se lo que tengo que hacer.




He querido dejar para el final uno de los elementos fundamentales de la Comparsa Tuareg durante la década de los ochenta, este no es otro que el traje. 1988 fue la última vez que el traje de Tuareg salió en filada por las calles de San Vicente. A algunos socios de la Comparsa nos costó sangre, sudor y lagrimas mantener viva la tradición del traje de la Comparsa. Fernando, Parra, Paco Morales, Anastasio, Juanito "el conejo"y yo mismo hubo un año que ni siquiera pudimos desfilar, ibamos sueltos portando unas banderas porque no eramos bastantes para salir en filada. Actualmente mi filada, la que yo consideraré siempre mi filada pase lo que pase en el futuro, desfila con su traje propio, de nuevo diseño pero manteniendo inalterable los colores de aquel mitico traje. Sirvan estas lineas de homenaje para aquella prenda que vio nacer a esta Comparsa.



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